domingo, 29 de diciembre de 2013

Si el hombre pudiera decir lo que ama


Navegando por la web de Teatro del barrio, un proyecto de cooperativa cultural, me he encontrado con ese poema de Luis Cernuda, que tanto me gusta. 

Lo hemos leído en momentos importantes de nuestra vida desde hace casi 20 años. Forma parte de "mi fondo de armario", de nuestra historia colectiva.



Si el hombre pudiera decir lo que ama, 
si el hombre pudiera levantar su amor por el cielo 
como una nube en la luz; 
si como muros que se derrumban, 
para saludar la verdad erguida en medio, 
pudiera derrumbar su cuerpo, 
dejando sólo la verdad de su amor, 
la verdad de sí mismo, 
que no se llama gloria, fortuna o ambición, 
sino amor o deseo, 
yo sería aquel que imaginaba; 
aquel que con su lengua, sus ojos y sus manos 
proclama ante los hombres la verdad ignorada, 
la verdad de su amor verdadero. 

Libertad no conozco sino la libertad de estar preso en alguien 
cuyo nombre no puedo oír sin escalofrío; 
alguien por quien me olvido de esta existencia mezquina 
por quien el día y la noche son para mí lo que quiera, 
y mi cuerpo y espíritu flotan en su cuerpo y espíritu 
como leños perdidos que el mar anega o levanta 
libremente, con la libertad del amor, 
la única libertad que me exalta, 
la única libertad por que muero. 

Tú justificas mi existencia: 
si no te conozco, no he vivido; 
si muero sin conocerte, no muero, porque no he vivido.


https://www.youtube.com/watch?v=Ee9Pb3iUnXo
http://teatrodelbarrio.com/todo-dice-que-si/

sábado, 28 de diciembre de 2013

El partido de la sospecha

 

Vivimos en una sociedad en la nos lo dan todo pensado, la televisión, campañas publicitarias, nos indican lo que tenemos que pensar, comprar, usar, como tenemos que vestir ... dejando poco camino a la imaginación y libertad individual. 

Es fácil dejarse llevar, dejarse arrastrar, aunque lo correcto sería poder reflexionar ante tal exceso de información  y tener tiempo para tener nuestras propias conclusiones y opiniones. 

Tendríamos que “no dejar de pensar y no dejarse pensar” como decía Kant. 

Me planteo si realmente somos autónomos o unas generaciones de autómatas. La filosofía está en crisis, el humanismo está en crisis. Si Sartre levantara la cabeza, posiblemente se horrorizaría, creo que hoy más que nunca, no queremos ser conscientes de nuestra autonomía individual, de la posibilidad y a la vez obligación de escoger en cada uno de nuestros actos, de las consecuencias que tiene... y nos dejamos llevar. No pensamos que queremos hacer con nuestra vida, asumimos gente a nuestro alrededor, asumimos estereotipos, asumimos que votar no sirve para nada, asumimos quien es bueno y quien malo, asumimos demasiado.

La libertad individual y colectiva tan importante podría quedar detrás de esta marea de desinformación. 

La burocratización, la excesiva regulación también nos deshumaniza, decía Weber y parece que ultimamente está más de moda que nunca en nuestro país. El Estado ha asumido el poder de decidir en demasiadas ocasiones sobre el rumbo de nuestra vida. Legislan hasta sobre lo más íntimo. 

Quizás el sistema democrático actual no es el más adecuado y necesitaríamos reflexionar, pero el tipo de vida tan parecido a una carrera de fondo no nos deja tiempo. Es probable que este ritmo de vida “que nos aliena” no es fortuito ni la falta de tiempo tampoco, ni la inundación de fútbol y programas donde la competencia y el vocerío se apodera del salón? Es esta la única vía en nuestra sociedad, dónde queda la posibilidad de cooperar y dialogar? nada es fortuito...

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