Vivimos
en una sociedad en la nos lo dan todo pensado, la televisión,
campañas publicitarias, nos indican lo que tenemos que pensar,
comprar, usar, como tenemos que vestir ... dejando poco camino a la
imaginación y libertad individual.
Es fácil dejarse llevar, dejarse arrastrar, aunque lo correcto sería poder reflexionar ante tal exceso de información y tener tiempo para tener nuestras propias conclusiones y opiniones.
Tendríamos que “no dejar de pensar y no dejarse pensar” como decía Kant.
Me planteo si realmente somos autónomos o unas generaciones de autómatas. La filosofía está en crisis, el humanismo está en crisis. Si Sartre levantara la cabeza, posiblemente se horrorizaría, creo que hoy más que nunca, no queremos ser conscientes de nuestra autonomía individual, de la posibilidad y a la vez obligación de escoger en cada uno de nuestros actos, de las consecuencias que tiene... y nos dejamos llevar. No pensamos que queremos hacer con nuestra vida, asumimos gente a nuestro alrededor, asumimos estereotipos, asumimos que votar no sirve para nada, asumimos quien es bueno y quien malo, asumimos demasiado.
Tendríamos que “no dejar de pensar y no dejarse pensar” como decía Kant.
Me planteo si realmente somos autónomos o unas generaciones de autómatas. La filosofía está en crisis, el humanismo está en crisis. Si Sartre levantara la cabeza, posiblemente se horrorizaría, creo que hoy más que nunca, no queremos ser conscientes de nuestra autonomía individual, de la posibilidad y a la vez obligación de escoger en cada uno de nuestros actos, de las consecuencias que tiene... y nos dejamos llevar. No pensamos que queremos hacer con nuestra vida, asumimos gente a nuestro alrededor, asumimos estereotipos, asumimos que votar no sirve para nada, asumimos quien es bueno y quien malo, asumimos demasiado.
La burocratización, la excesiva regulación también nos deshumaniza, decía Weber y parece que ultimamente está más de moda que nunca en nuestro país. El Estado ha asumido el poder de decidir en demasiadas ocasiones sobre el rumbo de nuestra vida. Legislan hasta sobre lo más íntimo.
Quizás el sistema democrático actual no es el más adecuado y necesitaríamos reflexionar, pero el tipo de vida tan parecido a una carrera de fondo no nos deja tiempo. Es probable que este ritmo de vida “que nos aliena” no es fortuito ni la falta de tiempo tampoco, ni la inundación de fútbol y programas donde la competencia y el vocerío se apodera del salón? Es esta la única vía en nuestra sociedad, dónde queda la posibilidad de cooperar y dialogar? nada es fortuito...
PROHIBIDO PROHIBIR
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