El mar… Silencio.
Cenizas en mi mente, flotando, mezcladas con claveles… ardiendo.
Los rayos del sol, brillando, iluminan tus cenizas, los claveles, el mar… Silencio.
La espuma, blanca, bramando, desliza tus restos,
que van, poco a poco, desapareciendo.
Mis lágrimas, cayendo, se pierden con el mar,
se evaporan con el viento.
Mi piel, temblando, se pierde entre el dolor y el tiempo.
Y tiemblo. Me invade tu recuerdo… Silencio.
Las olas, fugaces, van arrastrando hacia adentro
mis claveles, tus cenizas… tus restos,
cada vez más lejos, hasta que dejo de verlos.
Me hundo en el agua, para que me lleve también a mí, tan adentro,
pero el mar me devuelve, violento.
Tú ya te has ido, sonriendo.
Yo… ya he vuelto de mi sueño.
Aquí sólo puedo pensar, dejar que me invada tu imagen, tu recuerdo.
Ya vuelve todo a la normalidad, ya se ha ido, contigo, mi tormento.
Vuelvo a ver el mar… Vuelvo a suspirar. Silencio.
Porque es una suerte encontrar a lo largo de la vida gente como Amara y que además se convierta en prima de elección, ¡mucho más!
Amara, no dejes de escribir.
http://amaranogueiraruiz.blogspot.com.es/
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